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Mostrando entradas de noviembre, 2015

Risas

Risas Esa noche de truenos y aire húmedo era perfecta para que Tomás le contara a su hijo Federico la historia de ese cumple de nueve que cambió su vida. —Era 1806 cuando yo cumplía 10 años. Para ese cumple con todos mis amigos, mi papá había contratado a un payaso. Por desgracia, no era el mejor que pudo haber encontrado. No le salía ningún truco y no era para nada gracioso. A mi amigo Enrique no se le ocurrió otra idea que hacerle una broma. Me dio un petardo para que le lanzara mientras andaba en monociclo, y me dijo: “Que parezca un accidente”. Cayó al suelo al instante y, lamentablemente, murió de un golpe en la nuca. Un año después, cuando me mudé a otra casa, empezó todo. Por las noches escuchaba risas y veía sombras. Más raro se volvió cuando empecé a encontrar aparatejos de payaso y ver sus huellas. Pero una noche todo se volvió más sombrío. Eran las tres de la mañana. Toda la familia se había ido de la casa después de comer, cuando se cortó la luz. Mi hermanito desap